Buenos días nos hemos levantado a las 07.00h, no llovía pero el cielo estaba muy cargado, comenzamos nuestro caminar a las 07.45h y al poco de salir comenzó a llover, de tal manera que nos tuvimos que parar para colocarnos los trastos de la lluvia, que engorro, en fin despues de tantos días ya casi nos empezabamos a acostumbrar. Desde la rúa mayor se parte hacía el convento de la Magadalena y, desde allí, se sale descendiendo junto al cementerio, un poco más tarde se desciende entre abeules y castaños hasta la alda de Vilei, para más tarde dar con Barbadelo y su Iglesia de Santiago.
Convento de Santa Magadalena, Sarria. Horreo en Vilei.
Preciosas flores cerca de Mogarde. Clemente subiendo el monte Mogarde.
Llegamos a Mogarde, despues de algunas horas de camino, y aqui desayunamos una tortilla de queso, un vino y un café, seguía lloviendo, salimos y en esta zona nos encontramos con muchos pueblos o aldeas, Mirallos, Pena, Couto y Rozas.
Silvio, José Luís y yo desayunando en Mogarde, y aqui José Luís y Fulgencio, en marcha.
Salimos lloviendo camino de Portomarín, comenzamos a bajar del monte Mogarde y dejó de llover, al poco se otea Portomarín, se toma la carretera en dirección a Tellada, que se abandona por la derecha por un camino hacía Parrocha. De aquí se sale por asfalto, para girar despues a la derecha por un camino que, tras cruzar la carretera entra en Vilachá. Ya en las proximidades de Portomarín hay que dirigirse al puente sobre el río Miño.
Silvio y Clemente al poco de la salida de Mogarde, cuando faltaban 100 kms . Vídeo.
Embalse de Belesar. Clemente sentado a la entrada de Portomarín.
Embalse de Belesar. Un alcón de caza en el Embalse de Belesar.
Escaleras en Portomarín, José Luís. Silvio ya ha llegado.
Clemente tambien ha llegado a Portomarín. Iglesia de San Nicolás.
Nuestra llegada a Portomarín fue muy bien, aunque José Luís llegó un poco fastidiado por una gripe, le dió tiempo a comer y acostarse, y no se levantó hasta el día siguiente para continuar.
Comimos en un bar no muy agradable, no se enrolló el dueño, nos cobraron 10 euros por una sopa de pescado y lacón al horno y un poco de tarta de santiago. Desde el moderno puente por el que hoy se salva el ancho y caudaloso río Miño, se pueden ver en las épocas de sequía algunos restos del viejo Portomarín, anegado por las aguas del moderno embalse de Belesar. El moderno Portomarín, edificado ex novo en una eminencia en la orilla derecha del Miño, fué inaugurado en 1962 y en el que se pueden contemplar los monumentos más relevantes de la antigua población, que fueron trasladados allí piedra a piedra numerada tal es el caso de la Iglesia de San Nicolás.
Comimos en un bar no muy agradable, no se enrolló el dueño, nos cobraron 10 euros por una sopa de pescado y lacón al horno y un poco de tarta de santiago. Desde el moderno puente por el que hoy se salva el ancho y caudaloso río Miño, se pueden ver en las épocas de sequía algunos restos del viejo Portomarín, anegado por las aguas del moderno embalse de Belesar. El moderno Portomarín, edificado ex novo en una eminencia en la orilla derecha del Miño, fué inaugurado en 1962 y en el que se pueden contemplar los monumentos más relevantes de la antigua población, que fueron trasladados allí piedra a piedra numerada tal es el caso de la Iglesia de San Nicolás.
Clemente frente al Monumento al peregrino en el Ayuntamiento. San Nicolás.
En Portomarín nos alojamos en el albergue municipal, no había nadie para recibirnos, nos sellamos y dejamos las mochilas, no está mal para lo que nos costó.
Esto es el albergue por dentro, lleno de literas, la verdad es que no estaba sucio.
Encuentro con nuestras amigas Chantal y Suzanne, ellas estaban en un albergue privado.
Vista desde el Albergue de Chantal en Portomarín.
Aquí cenamos un poco y ya nos fuimos a dormir, que ya queda poco, José Luís seguía en la cama, le preguntamos como estaba y dijo que mejor, mañana veremos. Bona nit.
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